martes, 8 de mayo de 2012

Lengua transparente, carne azul.

De barrotes forjados en tan candescente horno al rojo vivo, morando está ella, acurrucada en la bien armada estructura.
Suena un canturreo sutil, a lo que ella centra su visión sin apenas parpadear. De sus dedos vibrando el mantra de su interior.
Un hilo sonoro y agudo brota de su vientre, lo cual, sus esfuerzos emanan lírica... sonido trascendental. Un juego de adultos que la evaden de su prisión, la jaula de la desesperación.
Del juego hace una lección de constancia y esperanza, viendo pasar insectos iluminados por una fina linea de luz.
Sin dejar de centrar su mirada al mas allá, vuelve a dejar escapar otro sonido, esta vez, un grave cavernario, envuelto en la piel recia de un mamut. Su cuerpo doblado e incomodo, reacciona a la resonancia, dando cavida a la mas aguda voz.
Gotas de sudor bañan a la criatura esperanzada... Su lengua atrofiada la prepara para un nuevo lenguaje.
Desde lo mas profundo del agujero resuena una cálida melodía, dando color a una partitura ya dormida...
Destellos de luz ciegan a la muchacha cantante, que sin dejar de centrarse, construye la pieza que la salvará de su corredor...
La mano se extiende y atrapa a la inspiración.